El fotógrafo ruso Anton Belovodchenko comenzó a tomar estas imágenes en 2011, enfocado principalmente en el manejo de la luz. Pese a que muchas de las fotografías fueron tomadas a color, lo terminó cautivando «el manejo del blanco y negro, la rectitud y la curvatura». Las imágenes de Belovodchenko rescatan algunos de los principios básicos de los desnudos: sus simetrías y contornos.
«Las imágenes son tan cautivadoras que te atrapan. Su trabajo es una fusión de belleza y lo natural, vulnerabilidad y franqueza, estética y pasión. La magia se incorpora a las imágenes, que son mucho más originales cuando apelan a la simetría. No hay vulgaridad, es simplemente arte.» (Alexandra Malykhova, una de sus modelos).
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