Parafraseando el título de la película de Tom Hooper, AGNES OBEL 1980 Gentofte, Dinamarca, es una cantante pausada e hipnótica, con una música que transita en la intersección del pop y los sonidos clásicos, con crecientes dosis de experimentación sonora. El procesamiento de la señal de cuerdas y violonchelos, así como el recurso a instrumentos como el trautonium, sintetizador de los años veinte, denotan su intención por la búsqueda de nuevas sonoridades. Obel busca la belleza, la suavidad, sí; pero siempre hay un poso de melancolía, o de oscuridad en sus piezas. “Con la música me pasa como con las películas o los libros. Me gusta sumergirme en universos que cautivan por su belleza, pero no soporto que sean solo bellos; se vuelven más interesantes si hay una tensión entre la pureza y lo oscuro, lo caótico, lo inesperado”.
¡Buenas noches!, habitantes del País de los Seres Humanos. Pasad, pasad, de las tristezas haremos humo. El copyright de todo el material incluido en este blog pertenece a los autores indicados expresamente. Aquí únicamente recopilamos lo que consideramos belleza en el amplio sentido del término..