Esta entrada tiene su origen en la publicación que «Mírame y sé color» dedica a este autor, ya que despertó mi curiosidad por su trabajo, que desconocía.
CARSTEN WITTE, nacido en Hamburgo en 1964, estudió en la Universidad de Ciencias Aplicadas de Bielefeld y trabajó como asistente del fotógrafo Alfred Steffen abriendo su propio estudio como freelance en 1989. Ha realizado editoriales para Vogue, Spiegel, GQ, Harpar’s Bazaar, Stern y Elle entre otros. Una de sus principales inspiraciones tempranas es la fascinación juvenil por la belleza femenina, y la naturaleza seductora y encantadora de su relación con esta narrativa es una característica destacada de su trabajo. Sus personajes, aunque desnudos, nunca están crudamente expuestos. Su desnudez es siempre un elemento de una historia, una conversación compuesta en parte por el fotógrafo y en parte por el observador. Tomemos como ejemplo ‘Intuición’. Una serie de fotografías con modelos con detalles anatómicos del cráneo sobre sus rasgos faciales, publicados con la frase ‘todo debe cambiar’. Cada tema es resaltado por una diferente manipulación del contraste, capturado entre la vida y la muerte o, alternativamente, encarnado tanto por la vida como por la muerte. Uno se pregunta si estas fotografías capturan la naturaleza fugaz de la belleza (un tema constante de Witte), la omnipresencia de la muerte o el intento de captar los susurros desvanecedores de la vida. ¿Son optimistas o afligidos, fantasmas o seres? Como las sombras, Witte presenta un concepto simple y el misterio detrás de él es sólo tuyo para resolverlo.
“Una de las ideas principales detrás de mi trabajo es la creencia de que todo está en constante cambio, pero la fotografía puede preservar el momento. La belleza no es nada si no se tiene conciencia de lo rápido que se desvanecerá….”
Las modelos de Carsten Witte están desnudas pero nunca desnudas. Parecen más bien sentirse seguras en las sombras que se superponen. La interpretación de sus obras se deja básicamente en manos del espectador, pero de hecho está dirigiendo sutilmente la vista a través de su puesta en escena. Una revista estadounidense lo llamó el «David Lynch de la fotografía de moda». Sus imágenes son juegos de misterio, nunca se sabe exactamente lo que está pasando. Carsten Witte ofrece las partes pero cada uno tiene que resolver el misterio por sí mismo.
Su obra es más que arte del desnudo, hay un sentido penetrante de la fascinación científica de Witte entretejida en sus grabados y la precisión con la que aborda la presentación de su obra es minuciosa y exigente. En varias de sus colecciones, como’Psyche’, uno casi puede ver a Witte en el papel de un anatomista, examinando la estructura y la forma de sus modelos alados antes de fijarlos cuidadosamente detrás de un cristal para su observación. Seguramente, si alguna vez has tenido dudas de que la fotografía pueda ser un arte, Carsten Witte las resolverá.
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LAS CEREZAS DE XONDICAR 