Un día un escorpión se acercó a una tortuga, quien al verlo, se sobresaltó y trató de huir.
-No huyas, tortuga, no te haré daño, dijo el escorpión y añadió
– es que quiero cruzar el lago y necesito tu ayuda. Déjame trepar sobre tu caparazón y crúzame hasta el otro extremo
La tortuga, un tanto desconcertada le dijo
-pero te conozco, sé que me vas a picar-
-no, porque si te pico, nos ahogamos los dos, contestó el escorpión mientras sonreía.
A la tortuga le pareció lógico el argumento y confiada permitió que trepara sobre su caparazón. Juntos comenzaron a cruzar el lago, pero justo a la mitad del mismo… ¡ZAS! Un fuerte picotazo paralizó a la tortuga.
-¿Por qué me picaste? Nos vamos ahora a morir los dos -preguntó espantada la tortuga y el escorpión simplemente dijo
– te piqué porque soy escorpión y eso es lo que hago, está en mi naturaleza.
Pues eso, que sigo confiando en los escorpiones. Fotografías de PETER COULSON con música de la B.S.O. de la película «La casa de las dagas voladoras» (House of flying daggers) compuesta por Shigeru Umebayashi: ‘Lovers’ – Performed by Kathleen Battle y ‘Lovers’ – Flower Garden
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