DARIA KLEPIKOVA
«Cada vez que alguien me dice lo nítidas que son mis fotos, yo asumo que no es una fotografía muy interesante. Si lo fuera, tendrían algo más que decir.
Las imágenes sólo cobran vida cuando alguien las ve. Pero para crear una buena foto, no basta con elegir un momento y pulsar un botón. La fotografía es ante todo anticipación, y sólo después de eso, se puede actuar. Para mí la fotografía es una combinación única de armonía y belleza. Es una acción simple que requiere cálculo artístico.
Las impresiones de la infancia afectan de alguna manera el estilo del trabajo del fotógrafo.
Comencé mi andadura con fotos de viajes. Con ellas, traté de transmitir la sensación de tiempo y lugar en el que me encontraba. Pero cuanto más segura me sentía en el momento del disparo, más me daba cuenta de que necesitaba desarrollarme en otros géneros. He elegido para ellos el más común y popular de todos: el retrato.
Al principio tenía miedo. Estoy habituada a que mis objetos de fotografía se hayan arreglado, y en sí mismo ya es único, pero es difícil con la gente.
Para entender los fundamentos básicos, empecé a ir a clases. Allí aprendí a trabajar con equipos de estudio, con luz, dimos una buena práctica en el trabajo con modelos. Retocando estudié de forma independiente, largas horas en la computadora, viendo videos y practicando constantemente.
Ahora para mí, mientras fotografío, la tarea principal es comunicarme con la gente de manera que puedan confiar en mí y sentirse cómodos en mi presencia. Una buena imagen es aquella con la que puedo transmitir el verdadero carácter de una persona, no sólo su aspecto.
La mayoría de los fotógrafos filman la historia de una familia – cumpleaños, bodas, días festivos. Otros deportes o naturaleza. Y hay quienes dicen que cada imagen se convierte en una obra de arte, independientemente del tema.
La mejor manera de apreciar a un fotógrafo es mirar su trabajo. Las fotos pueden contarlo todo.»
(Sin palabras… no hay nada que añadir. Perfecta exposición del buen hacer fotográfico)